EL
ESPEJO | JOSÉ VICENTE RANGEL | 15/07/2013 06:00:00 a.m.
Anatomía de un golpe (anunciado)
El 11-A de 2002 fueron civiles,
políticos, empresarios, jerarcas de la Iglesia católica y medios los que
crearon el clima que decidió a una parte del Alto Mando castrense a insurgir
contra la Constitución
1.
Comenté en su oportunidad el impacto que me produjo la versión novelada de
Javier Cercas sobre el golpe fascista de Antonio Tejero en España, Anatomía de
un instante. Instante que resume el proceso, gestado por civiles y militares,
en contra de la democracia española. Por estos días releí el libro con motivo
de la situación en Venezuela y opté por asumir, parcialmente, el título para
esta columna. El episodio estuvo a punto de desencadenar una tragedia. Fue
producto de la trama urdida por poderosos factores de poder a base de engaño,
simulando defender la Constitución y promoviendo el odio contra cualquier
expresión democrática.
Ahora, el país está
ante la misma situación, ya que en el fondo se trata de una oposición
reincidente, movida por un revanchismo irracional. Su coartada consiste en
mostrarse como una oposición respetuosa de la legalidad mientras, por debajo de
cuerda, mina el terreno. Y la razón reside en que, lamentablemente, la
venezolana es una oposición forajida. Que actúa con nocturnidad y escalamiento.
2. Lo digo cuantas veces sea necesario. Tengo el deber de informar al
país. Mi experiencia en los años del oprobio -2002/2003-, de subversión
tanto abierta como solapada, me lleva a recomendar que no hay que bajar la
guardia. A alertar la calle por cualquier canal, apelando a la movilización, a
la denuncia y al poder legal del Estado. Para advertir sobre lo que la
oposición planifica y al mismo tiempo niega. Porque en esa conducta doble, de
estar y no estar en el golpe, de estimular la subversión y, simultáneamente,
tomar distancia de ella en un escenario velado por la falsedad, está el
peligro. El huevo de la serpiente. Igual fue en los días que precedieron el
11-A y, con posterioridad, cuando el golpe petrolero -acompañado de terrorismo,
guarimba y plaza Altamira-. ¿Acaso no hay memoria histórica? ¿Es que el
recuerdo no cuenta cuando se trata de los mismos personajes que condujeron a Venezuela
al borde del abismo; que secuestraron un presidente, violaron la Constitución,
borraron los Poderes Públicos y provocaron la muerte de centenares de
compatriotas? ¿Hay que olvidar la participación de la Misión Militar de EEUU en
los acontecimientos y echarle paletadas de tierra a todo cuanto pasó,
permitiendo que lo que la derecha prepara pase desapercibido?
3.
Lo afirmo con plena responsabilidad: se gesta un golpe contra el orden
constitucional. Esta rotunda afirmación se sustenta en la experiencia acumulada
y en informaciones provenientes de fuentes confiables. Toda la alharaca en
torno a la "ilegitimidad" de Maduro; la forma como se aborda el tema
de la FANB para despertar reacciones en su seno que conduzcan a un
levantamiento militar; la descalificación de las instituciones, la campaña
contra el sufragio y el ente rector; la desaforada explotación de conflictos
sociales; la grotesca manipulación de la situación universitaria, se inscribe
en una hoja de ruta confeccionada al detalle, en la cual la conexión
internacional es básica.
4.
¿Qué les queda por hacer a los golpistas? En términos criollos, tirar la
parada. Actuar. Hubo muchos intentos frustrados entre el 11-A y el presente. Ahora,
la modalidad consiste en conectar la subversión a los procesos electorales.
La última experiencia la vivimos el 14-A. La reacción ante el triunfo de Maduro
lo confirma. En el mensaje subversivo de Capriles la noche en que el CNE
proclamó al aspirante chavista, está la clave. Desató la violencia que cobró la
vida de 11 venezolanos y 70 heridos. Horas después, Maduro abortó el golpe en
marcha, inscrito en el esquema abrileño, al prohibir la marcha convocada por el
candidato derrotado. Pero la serpiente sigue con vida y, día tras día, crece la
amenaza. Grabaciones delatoras y llamados a resolver la situación con ocasión
de los comicios municipales de diciembre, confirman que la conspiración no cesa
en su empeño por retornar al pasado que, en el fondo, es lo que está planteado.
Esta
cita de Galeano explica lo sucedido en Chile con el derrocamiento de Allende.
El trabajo sucio lo hizo la Fuerza Armada, pero los instigadores del golpe y la
cruenta represión que siguió al 11/9/1973 fueron dirigentes civiles de la
Democracia Cristiana. Lo mismo en Uruguay, Brasil y hoy en Venezuela. Basta con
observar cómo se mueven los líderes opositores. Su mensaje sedicioso, la
descalificación de instituciones y las insinuaciones al sector militar confirman
las palabras del escritor uruguayo.
El 11-A de 2002 fueron civiles, políticos,
empresarios, jerarcas de la Iglesia católica y medios los que crearon el clima
que decidió a una parte del Alto Mando castrense a insurgir contra la
Constitución. Esos personajes -más otros- se mueven otra vez con igual
intención. ¡Que nadie se engañe!...
Un lector de esta columna escribe y señala lo siguiente: "Capriles dice
que en el resultado electoral del 14-A hubo fraude con la complicidad del CNE.
Pero incurre en una contradicción cuando, pese a estar consciente de ello,
llama a participar en las elecciones municipales del 8-D. ¿Usted -pregunta el
lector- jugaría en un casino donde sabe que hacen trampa?". El amigo concluye:
"Habría que ser pendejo"…
El
golpe en Egipto desnudó la intención de la oposición venezolana: esta montó la
rumba en seguida con mensajes de júbilo, reveladores del deseo de que la
actitud de los militares egipcios que derrocaron a Mursi, presidente elegido
por el pueblo, se repita aquí -con masacre y todo-. A la "internacional
golpista" se le ve el bojote…
La
falta de preparación de Capriles para tratar temas importantes es patética. Lo
demostró su reacción ante un tema de Estado, los ascensos militares, que obliga
a un tratamiento responsable. Pero el personaje lo banalizó e incurrió en la
ridiculez de decir que Maduro hizo un toque en Cuba -regresando de Europa- para
que Raúl Castro aprobara la lista. ¡Qué pobre visión de un asunto tan serio!
¿No se le ocurre que con semejante actitud ofende a más de 200 oficiales
promovidos al rango superior, hecho que degrada cuando lo calificar de espurio,
producto de una intervención extranjera? ¡Qué riñones!...
Hasta
la oposición admitió el acierto de
Maduro en los ascensos militares y con la designación de la almirante en jefe
Carmen Meléndez como ministra de Defensa. Las especulaciones se evaporaron de
inmediato y la tranquilidad avanzó en el país.